Disidencia estudiantil en la UAEMéx: ¿fractura o madurez?
La Asamblea de Medicina rompe con el Enjambre Estudiantil Unificado, marcando un nuevo rumbo en el movimiento universitario.

TOLUCA, Estado de México, 26 de julio de 2025.- El movimiento estudiantil que alguna vez se presentó como un bloque sólido bajo el nombre de Enjambre Estudiantil Unificado muestra ahora señales claras de fragmentación. La reciente declaración de la Asamblea de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), en la que se deslinda públicamente de este colectivo, plantea interrogantes sobre la legitimidad y el rumbo actual de la protesta estudiantil.
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📲 ¡DANDO CLIC AQUÍ!En un comunicado dirigido a la comunidad universitaria, medios de comunicación y ciudadanía en general, la Asamblea Estudiantil FACMED dejó en clara su postura: “Por medio del presente, la Asamblea de la Facultad de Medicina comunica de manera respetuosa y clara que ha decidido continuar su labor de forma autónoma”. A pesar de expresar respeto hacia el Enjambre Estudiantil Unificado, los estudiantes de Medicina optan por un camino propio, fundamentado en sus necesidades específicas y bajo una dinámica organizativa independiente.
La postura de esta asamblea es firme. Reconocen la autoridad de la actual rectora, Dra. Martha Patricia Zarza Delgado, y reiteran su disposición al diálogo “directo, respetuoso y sin condiciones”, deslindándose también de actos de violencia o confrontación. Con ello, parecen querer marcar una diferencia importante respecto a las formas de manifestación adoptadas por otros grupos “encapuchados” dentro del movimiento.

Esta separación pone en evidencia una disonancia interna que podría tener consecuencias significativas. Si bien los estudiantes de Medicina aclaran que “esta decisión no responde a conflictos personales ni desacuerdos irreconciliables”, la ruptura sí señala un quiebre ideológico: mientras algunos sectores insisten en mantener una línea más radical, otros buscan diálogo institucional como vía legítima de solución.
La pregunta obligada es si el movimiento estudiantil, que inició como una expresión legítima de inconformidad frente a procesos internos como la designación de la rectora, no ha comenzado a desviarse hacia una forma de presión política que podría bordear el chantaje. Las demandas estudiantiles, cuando son colectivas, representativas y pacíficas, tienen un peso social indiscutible. Pero cuando se desdibujan las estructuras, se anulan los liderazgos legítimos y se pierde la transparencia en las decisiones, la lucha pierde fuerza moral y credibilidad.
Que una facultad con peso académico como Medicina decida tomar distancia del Enjambre Estudiantil Unificado podría ser un punto de inflexión. No necesariamente representa el fin del movimiento, pero sí obliga a una revisión profunda de su coherencia interna, sus métodos y sus verdaderos fines.
Más que una fractura, esta disidencia puede entenderse como una muestra de madurez política: una defensa de la autonomía real, no como consigna vacía, sino como principio operativo. Porque si la revolución estudiantil aspira a ser legítima, debe primero cuidar que no se convierta en un instrumento de unos pocos para imponer agendas personales al margen del bien común universitario.
Fundador y Director General
PHmx Noticias
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